Barbie ya no aplica para las nuevas generaciones, ya no,
es obsoleta. "¿Barbie, y esa señora qué?", se preguntan las niñas.
Ahora lo que anda son las Bratz, son lo de hoy. ¿Ser maestra, ser veterinaria, ser princesa, madre de familia, y aparte angelicalmente hermosa?, BAH, hoy lo que se vende es el bótox, el silicón para labios, los brillos, las lentejuelas, el ser tonta puta malcriada, como se diría en aquel episodio de South Park cuando las niñas se vuelven locas con Paris Hilton en la ciudad.
Barbie y su floriciento y rosado mundo, perdieron la batalla ante las Bratz, a tal grado que a Mattel, no le quedó de otra más que lanzar a sus pequeñas golfas también, de una forma más ligera, por supuesto: My Scene, quienes tienen también su versión en caricatura (visualmente más fresa que su versión muñeca, por cierto) cuyos episodios te salen hasta en la caja de corn flakes (no es pedo), y bueno, que en sí, no son más que una replica de Bratz. Aún así, a las niñas no las engañas, ellas saben que MyScene no son más que un genérico de la fresísima Barbie, y que por supuesto no compiten con las Bratz de sus vecinas y amigas, Barbie ya no es cool.
El otro día, mientras me daba la vuelta por el pasillo de juguetería de Soriana, mientras mi mamá compraba todas las cositas del mandado, me sorprendió ver la comparación entre muñecas, con respecto a Barbies y Bratz. Pues, mientras que una Barbie Bailarina Princesa, por la que yo de niña habría matado (pues debo admitir fuí-soy gran admiradora de Barbie) con un gato bailarín de mascota, cambio de ropa, y otros accesorios más, en una gran caja color de rosa, llena de brillo y resplandor, tipo "ven niña, adentrate conmigo a mi mágico mundo de fantasía y unicornios, veeeeeeeeen *guiño, guiño*", que en mis tiempos de gloria infantil, habría costado una
millonada y hubiera sido sólo accesible para mí como regalo de cumpleaños o navidad, en ese momento estaba siendo casi regalada, había tantas de ellas (pues las niñas no las querían) y costaban $150 pesos; lo mismo que antes costaba una Barbie Playa, de las más pinches y en puro bikini (estuve hasta tentada a comprarla... JUAjoajA! pero no). Por otro lado, las Bratz en ese momento se encontraban concurridas, había tres niñas paradas al final del pasillo, contemplando una caja con una boluptuosa Bratz "es mucho más bonita que Baribe" -dijo una. "Pero tu mamá no te deja tenerlas"- le contestó otra. La muñeca que tenían en la mano costaba el triple que la Barbie que yo había visto al inicio del pasillo, sin mencionar que la caja sólo contenía una Bratz, y tres accesorios miniatura para la muñeca, que semejaban ser los cosméticos de la tal Cloe.
Las niñas prefieren Bratz, porque son lo más semejante a las mujeres que ahora ven por televisión, son más de la onda Hip-Hop, más guapas, más divertidas, más de pachanga; y bueno, las veo y lo primero que viene a mi cabeza es una rola de reggetón, imagino a estas niñas junto a sus muñecas, meneando las nalgas mientras escuchan a Daddy Yankee. Quién quiere una Barbie, cara lavada, de labios finos y sobrios vestidos floreados, mientras existen las Bratz, con labios carnosos y mucho lip stick, mini faldas, cuerpos delgados, y cabellos abultados; y para qué diablos quieres un auto rosa, cuando puedes tener un clasico convertible enchulado, PARA QUÉ, BARBIE, PARA QUÉ!...
Y bueno, en sí este post ni tiene qué ver, y un primer momento iba a ser sólo un comentario en el post de aquí abajo; pero bueno, qué mejor que bloggearla bien a las 6 de la mañana. Snif Snif ;__;
Un beso, Grace.